julio 30, 2006

De-governis

El déspota cayó bajo el puñal con un aullido de su boca abierta, con un gemido que no se oyó.

Mariana es hoy,
mañana
ayer.

Lo que digo es ahora,
hablo de Mariana y vuelvo a empezar.
Dónde termina Mariana cuando la digo?
Abajo del cartel brillante del Italpark,
la vuelvo a decir,
en el juego de los espejos del espectáculo
atrapar-la-vuelvo-a,
traer-la-vuelvo-a.

Maíz,
a las palomas de plaza de Mayo
de comer le damos,
tienen patas rojas
y no saben nada de la sangre.
Ni saben que son como lo que comen
copos rojos mezclados con polvo de ladrillo.

Tampoco nosotros
sabemos
que comemos
copos
que comemos rojo.

Donde empieza lo de ellos
y lo nuestro termina,
de-governis.

Mirando detrás del vridio
de-governis.

Sin espectáculos brillantes,
sin palomas con sangre,
solos
de-governis.

Se vieron luego imágenes del mundo entero: el Presidente de la República francesa, con sombrero de copa y un gran cordón, contestando desde lo alto de un coche descubierto a un discurso; se vio al rey de las Indias en el matrimonio de un rajá; el kronprinz alemán en el patio de un cuartel de Potsdam.

Me bautizaron en Mayo y rojas eran
las mayólicas del baño de papá,
en el baño en maya, con toalla frisada.

Tampoco nosotros sabíamos que
las toallas frisadas son como el plush
secan y no raspan.
Son como el plush, suaves y tranquilas,
Como Mayo, que es un mes tranquilo
y las palomas vuelven
a comer de nuestras manos.

Donde empieza lo de ellos
y lo nuestro termina,
de-governis.

Mirando detrás del vridio
de-governis.

Sin mayos, y sin plush
solos
de-governis.

Se asistió a las idas y venidas de los habitantes de una aldea del nuevo Meeklemburgo, a un combate de gallos en Borneo; se vieron salvajes desnudos que tocaban la flauta soplando por la nariz, una cacería de elefantes salvajes, una ceremonia en la corte del rey de Siam, una calle de burdeles del Japón, en donde las geishas se hallaban sentadas sobre cajas de madera.

Siente el sonido del frío
que nos abraza en la playa de los recuerdos
que nos devuelve la mirada inquieta
que atraviesa los álamos petrificados

De cuando en cuando
la insurgencia de los recuerdos
nos vuelve a preguntar:
Mariana es hoy,
mañana,
ayer?

Lo que digo es ahora?

Dónde termino cuando me digo?

De tarde en tarde,
hablan las geishas en Japón,
sentadas en cajas de madera
y pueden no saber que un Rey
en Siam
está siendo coronado.

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