octubre 06, 2006

prudente telémaco

P murio de triseza en BA. La humedad de su cuerto se le metió en el cerebro y le saliero mohos por los ojos. Debe haber quedado duro en su cama, nunca terminó nada de lo que empezó, era oscilante, irreverente, incómodo con todos, infinitamente generoso, cruel y amable al mismo tiempo. Lleno de ideas, lleno de entusiasmo, podría pasar horas charlando en bares y reductos en los alrededores del Luna Park. Me queda montones de recuerdos que se va a ir diluyendo con el tiempo: momentos intensos, con nadie más nunca tuve la sensación de que no habia ningún lugar en el planeta mejor que ese instante con P, estar sintendo el ritmo del mundo, hacia que todo fuese nada y super importante. Hace unas semanas que sentía una radiación oblicua que llegaba a Rio de Janeiro, era P que se habia ido para siempre.

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