junio 01, 2009

politica y deseo





Sao Paulo 3.7.82

Rainha:

Estábamos con la delicia de la Felicia Guattari. Realmente su venida fue un gran éxito, y se formaron unas bandas de públicos nómades que peregrinaban en pos de su fala, con todas las eclécticas gamas de lo ‘alternativo' –que van desde un academicismo ligero a los cultores de lo ‘psi'–. Me coloqué raudamente a la izquierda de esas bandas.

El problema pasa, en gran parte, por la cuestión del PT (Lula).
Los elogios de Guattari a Solidaridad, creo, no se detenían en la retórica revolucionaria que, por otro lado, usó a rabiar. Se sustentaban en una constatación: los movimientos moleculares (minoritarios) no podían seguir girando sobre sí mismos, so pena de resolverse en la inacción y la microgrupusculización (momento, pero sumido en un devir, de la fala guattariana. Ahí en ese medio Guattari colocaba toda la carga de su retórica antiedípica y ahora ‘rizomática'. Pensar en el rizoma: se opone a la representación arborescente (en forma de árbol) que obliga a significar las cosas como con una raíz, un tronco y unas ramas: no: el rizoma (el ejemplo botánico serían esos tronquitos acuáticos que venden en Brasil) se desarrolla horizontalmente y cualquier conexión puede producirse en cualquier parte, no hay eje, no hay origen: pero el rizoma también puede endurecerse y tornarse máquina de muerte. Yo estoy poetizando un poco la maquinilla de esa fala, pero con licencia poética dígase que esas articulaciones falantes perforaban una ‘transversalidad': te atravesaba de parte a parte y te movía cosas (el encanto del devenir): y no dejó de hablar del ‘devenir femme' todo el tiempo –aquí se dice devir mujer, devir bicha (gay).

Hubo momentos brillantes y otros más opacos. Entre los primeros, una multitudinaria reunión en la sede de una candidata a veredeara ‘autonomista' del PT (Katy), con las minorías. Guattari decía que las minorías debían conectarse al PT, conservando su especificidad. El PT, sabrás, es una alianza estilo ‘conexión polaca': curas progresistas, sindicalistas influenciados por la Iglesia, y otros autónomos sin ser libertarios, trotskystas, disidentes, libertarios de salón, etc. Para algunos, ese pasaje ocasionaba la obsolescencia de la pulsión molecular, la molarización del grupo: porque se burocratizaba, se partidizaba. Y además, estaba la Iglesia de por medio. Yo di el ejemplo de una bicha politizada que se dirige al ateo de suburbio y le dice: No, m'hijo, ahora la Iglesia es bárbara, vamos a casarnos de blanco...Un trotskysta dijo en ese debate que la consigna de autonomía solía encubrir los manejos paralizantes de la Iglesia. Guattari acusó de ‘pesimista' y de ‘militante profesional' a cada una de esas posiciones. Asoció el pesimismo a la autoculpabilización. A mí la idea de culpa me parece muy sentimental para funcionar en ese esquema, pero en fin, algo de razón tiene: al menos en lo que hace a la necesidad de alguna conexión con lo ‘macro', ya que el aislamiento lleva a un narcicismo de grupo que se distancia de lo real y de lo que pasa. Se estaba dando el ejemplo del derruido Movimiento Homosexual paulista.
Fragmentos de ese movimiento lograron convocar, en la sede del grupo Lésbico Feminista (peleadísimo con el Sos Mulher de la Teca, quien empero concurrió), a una minirreunión de unas 30 personas con Guattari, donde él estuvo espléndida hablando de su deseo de ser mujer...nos encantó. La Felicia viene muy pesada: ella sí que se podría mandar un flor de entrismo y hacerle la cabeza a Lula, la chica esa es muy ambiciosa, quiere llevar el esperma de Lula en un frasquito a Francia para mostrar que se lo pasó, y se encontró con él a solas, en un hotel del centro...se dice de mí.


[Fragmento de una carta a Sarita Torres fechada el 7/10/82]

No hay comentarios.: