abril 02, 2006

Cae la noche tropical

-Y a ese hombre ella pensó que lo podía ayudar. Todo fue por auel momento tan especial que vivió ahí abajo en el bar nuevo del consulado. Acá en Rio no se estila mucho el bar para sentarse, es todo más bien el trago de paso, parado en el mostrador, por eso es que en ese bar nuevo ahí abajo en el edicficio tan suntuoso no hay casi nunca nadie. Un lindo silencio, una brisa fresca, nadie yendo y viniendo como en el infierno del consulado. Y él no podía mirar para otro lado, ni ella tampoco, porque estaban sentados en una linda mesita.
-¿Es al aire libre o adentro, como una confitería de Buenos Aires?
-En Buenos Aires también hay confiterías con mesas en las veredas. Eso yo extraño de allá, que a cada paso haya un bar para sentarse.
-Luci, menos mal que le reconocés algo a Buenos Aires. Según vos no existe otra cosa que Río de Janeiro en el mundo.
-Nidia, no seas exagerada. Es que Buenos Aires me trae malos recuerdos, nada más. Pensá que allá tenía mi regia casa, y la perdí. A vos eso no te tocó, perder la casa y hasta el último centavo.
-Mucha gente perdió todo en estos años.
-Pero los extranjeros cuando van a Buenos Aires salen de allá encantados. Les gusta sobre todo eso, la cantidad de confiterías para sentarse. Y podés estar horas con un pocillo de café y ningún mozo te viene a presionar que le dejes la mesa libre o que pidas algo más. Es la costumbre, de allá nada más, de pasarse horas sentado conversando (...)
-Un día llevame a una confitería, no conozco ninguna en Río.
-Yo te llevo, pero no es lo mismo. Son más para tomar cerveza, y por eso es toda juventud, o si no hombres solos. Pero señoras no van, y es un bochinche loco. Río no es para gente mayor, ya viste que en la playa somos nosotras las únicas.

Manuel Puig

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tal vez Buenos Aires te lleve por ese extraño camino de los recuedos. No está mal que así sea. Los bares de Buenos Aires son de Buenos Aires. Así como la playa es de Rio. Acá en Caea no hay bares, la comida de Hindra. Mechón, Sabina, Rafa, Nati en su lugar. Todo tiene un tiempo, un lugar ¿Qué ritos pueblan el museo? ¿Cuáles son sus personajes? Un relato de ello sería pertinente. Podrés firmar Manuel Puig o la Tarera loca. Sería lo mismo

Anónimo dijo...

ok

Anónimo dijo...

Gracias por transcribir esa parte de la novela de Manuel. Anoche la terminé de releer después de unos años y me emociona el haberla recuperado.