mayo 23, 2006

Las revistas

Hoy me puse a pensar en las revistas, leí un viejo cuento de Salinger publicado en una revista que se llamaba V de Vian, revista que compraba compulsivamente cada vez que la veía aparecer. En esa época (parezco grande!) no había mucho acceso a información como ahora, de hecho no existía internet, no había tantas revistas y yo no tenía mucho acceso. Esa revista y otra de música que se llamaba Revólver eran para mí como una ventana a todo lo que me parecía interesante. Recuerdo también algunos de los primeros fanzines punk, una revista de la que tengo la colección completa porque no debe haber pasado más de diez: Sick Boy. V de Vian me parecía genial porque todas sus tapas, irónico para una revista de literatura, tenían unas chicas absolutamente hermosas y semi desnudas. Además escribía Elvio Gandolfo, que siempre tuvo ese estilo de escritor profesional con perfil bajo y con una fuerza narrativa excepcional. Fue a partir de esa revista que busqué desesperadamente todo lo que escribió, y llegué a Péndulo. Los cuentos de Ballard, Le Guin, traducciones que no se veían desde la revista Minotauro, en fin …. Todavía antes, en los recuerdos de la tierna infancia la inolvidable revista Humor (una suerte de iniciación sexual en historietas para los que teníamos alredeor de 10 años en los primeros 80’s) y Humi para los niños de hogares progres. El Porteño, Crisis, revistas digamos … de los padres … Más tarde, en las cajas de los hermanos mayores: El expreso imaginario, Cerdos y Peces, Rock and Pop y la mítica Pelo, mucho más comerciales estas últimas, pero a riesgo de caer en intelectualismos baratos, debo decir que todo estaba un poco mezclado.
Cada ves que veo alguna de esas revistas en casa de amigos, en las cajas de la casa de mi mamá o en librerías de saldos de Buenos Aires, tengo la sensación de que son documentos, restos arqueológicos de sensibilidades de generaciones enteras, de formas de modernización cultural periféricas que hacen una estructura de emoción que esta guardada como un casette … y que por ejemplo, me hizo sonreír cuando me encontré con Marcos en Londres, o con Miguel acá en Río, y nos pusimos a recordar las revistas que leíamos antes de haber devenido … en esto que somos.

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