Fueron los estudiantes de cine, los que hicieron teatro en los 90’s con los del “Ander”, los estudiantes de Arte de Filo y de Comunicación de Sociales, los merodeadores de la UBA, estudiantes de violín chino, los lectores de Bourroughs en los 90’s como si fuera una novedad editorial, los habitués de talleres literarios y cursos de Walter Benjamín, los estudiantes de diseños y redactores publicitarios. Los “fanáticos” de Jarmusch y los hermanos Kaurismaki sin nunca ver una de Favio, ni de Fisherman, los adoradores de … ufff: The Velvet Underground, como si fuera avant garde sin siquiera recordar que esa onda pasó en el 81 y que ya la gastó Luca Prodan, con un poco más de ironía, hace veinte años. Los comedores de sushi, los neo budistas, hare krishnas, militantes anti-global, vegetarianos neo anarquistas que no saben ni quien fue Joaquin del Mazo. Neo-populistas setentistas con "conciencia social", izquierdistas obreristas más preocupados por cogerse a las militantes que por leer lenin. Los adoradores de Allen Ginsberg, cuarenta años después en una remota galaxia sin siquiera haber pasado por el hotel Avenida y dejar una flor a Federico García Lorca. Adoradores de Guy Debord y Adorno y consumidores compulsivos de cultura enlatada, angustiados por no tener el último libro de la “nueva poesía argentina” o ver la “ultima película de …”. Adoradores ciegos del éxito y paradojalmente críticos del neoliberalismo. Hijos y nietos de obreros rurales, inmigrantes, obreros industriales, empleados del Banco de comercio, profesores de secundario, funcionarios del Estado, comerciantes del once, intelectuales de salón, profesores universitarios, vendedores de Plaza Francia, policías, médicos, empresarios fantasmas, vendedores de Quinela, dueños de negocios de mascotas, pseudoricachones de barrio norte. Desesperados por no ser como sus padres, culpables y con vergüenza, indigestados con los hoteles de lujo del show bussines de los suplementos culturales y los barrios de moda.
Demasiado ocupados en ser amigos de todo el mundo, demasiado ocupados en estar presentes en “algo”, en leer toda la nueva literatura norteamericana, demasiado falsos niños bien, demasiado desesperados por ser amigos de los “niños bien”, demasiado confort moral. Demasiados colegios, demasiadas universidades, demasiados periodistas, demasiados cineastas, demasiados sociólogos, demasiados artistas, demasiados músicos, demasiados escritores de taller literario, demasiados becarios, demasiados burócratas. Demasiados amigos, demasiadas fiestas, demasiado cine, demasiadas librerías, demasiadas vacaciones en Uruguay, demasiados viajes a Machu Pichu, demasiados cursos de extensión, demasiadas chicas con el corte Anouk Aimé, demasiados cursos de inglés y francés, demasiados viajes a Europa y a NY, demasiado blancos, demasiado rubios, demasiado judíos, demasiado new age, demasiado eclécticos, demasiado eléctricos, demasiado progresistas, demasiado gays, demasiado cool, demasiado felices, demasiado seguros, demasiado lindos, demasiado obvios, demasiado simpáticos, demasiado a la moda, demasiado egoístas, demasiado tristes, demasiado críticos de si mismos. Demasiado ávidos de reconocimiento, demasiado superados, demasiado desesperados por un pedazo de la torta, demasiado ingenuos. Demasiado ignorantes de su propia invención.
Demasiado ocupados en ser amigos de todo el mundo, demasiado ocupados en estar presentes en “algo”, en leer toda la nueva literatura norteamericana, demasiado falsos niños bien, demasiado desesperados por ser amigos de los “niños bien”, demasiado confort moral. Demasiados colegios, demasiadas universidades, demasiados periodistas, demasiados cineastas, demasiados sociólogos, demasiados artistas, demasiados músicos, demasiados escritores de taller literario, demasiados becarios, demasiados burócratas. Demasiados amigos, demasiadas fiestas, demasiado cine, demasiadas librerías, demasiadas vacaciones en Uruguay, demasiados viajes a Machu Pichu, demasiados cursos de extensión, demasiadas chicas con el corte Anouk Aimé, demasiados cursos de inglés y francés, demasiados viajes a Europa y a NY, demasiado blancos, demasiado rubios, demasiado judíos, demasiado new age, demasiado eclécticos, demasiado eléctricos, demasiado progresistas, demasiado gays, demasiado cool, demasiado felices, demasiado seguros, demasiado lindos, demasiado obvios, demasiado simpáticos, demasiado a la moda, demasiado egoístas, demasiado tristes, demasiado críticos de si mismos. Demasiado ávidos de reconocimiento, demasiado superados, demasiado desesperados por un pedazo de la torta, demasiado ingenuos. Demasiado ignorantes de su propia invención.
Ni olvido, ni perdón!
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